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Dijo adiós y gracias a los escenarios

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“Buscando Guayaba” andaban alrededor de 6 mil 800 personas en lo que fue el inicio de la gira de despedida de Rubén Blades de las tarimas con el “Tour Caminando: Adiós y gracias”, producido por Showpro, y que se realizó en la Plaza Figali la noche del sábado.

A eso de las 8:00 p.m. empezaron a llegar sus seguidores, sin importar la edad, y ya para las 10:00 p.m., el lugar estaba repleto. Adolescentes, jóvenes y adultos esperaban con ansias que arrancara el “show”, pero mientras, aprovechaban que en la entrada había puestos con impresiones en tamaño real del cantante panameño y se tomaban fotos para llevarse así un bonito recuerdo.

Adentro, a las 10:10 p.m. se iniciaba la presentación de Los Rabanes, encargados de calentar y activar al público con sus canciones locas y enérgicas, entre ellas: “Señorita, a mí me gusta su style”, “Bam Bam” y “Commanding Wife”. Sin embargo, no fue sino hasta la entrada de Rubén Blades cuando el lugar se quiso venir abajo.

“Caminando, di mil tropezones; caminando, y nunca paré; caminando, entre risas y dolores; caminando, pa’lante y con fe”, fue su tema inicial, pero lo que no sabía el público era que venían bajando 25 canciones más. Y cada una con historia incluida.

La primera fue cómo se inició en el ámbito musical en 1969, luego de que su madre lo mandará a Nueva York con un boleto de viaje, que tan solo costó 20 balboas, para probar suerte en la música. En dicho lugar grabó su primer disco llamado “De Panamá en Nueva York”, que no vendió nada, pero en el mismo estaba incluida la primera canción que se escuchó de él en la radio, “Descarga Caliente”.

La gente bailó, gozó, saltó, se rio y hasta lloró. Fueron más de tres horas llenas de emotivos momentos, en los que el artista aprovechó para agradecerle a la vida haber nacido en Panamá. Por otra parte, reconoció el trabajo del cantautor panameño Omar Alfanno, quien estaba presente junto a otras figuras del patio.

“Amor y control” era uno de los temas más esperados, ya que no lo cantaba desde hace mucho, fue inevitable que no se le quebrará la voz y soltara algunas lágrimas. Sin duda alguna, el momento más emotivo de la noche.

Los sobrevivientes a este evento disfrutaron la noche al máximo y más el que se quedó hasta el final, porque quedó claro que “Patria” son tantas cosas bellas y que “Maestra vida” te da te quita, te quita y te da.

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